La administración de Joe Biden anunció una nueva regla de seguridad fronteriza que afecta directamente a los migrantes, incluidos los cubanos que buscan asilo en Estados Unidos. A partir de octubre, los cruces irregulares en la frontera suroeste deberán mantenerse por debajo de 1.500 al día durante 28 días consecutivos para evitar el cierre automático de los puertos de control fronterizo.
La medida, anunciada por el Departamento de Seguridad Nacional (DHS) y el Departamento de Justicia (DOJ), introduce cambios significativos en el control migratorio. Entre ellos, se ampliará la contabilización de menores no acompañados de países no vecinos, como los de origen cubano, algo que no se hacía previamente.
Este anuncio es parte de un esfuerzo por controlar el creciente flujo de migrantes y mantener abierto el sistema de asilo. La nueva regla se basa en más de 1.000 comentarios públicos que se emitieron en relación a la situación en la frontera, un indicativo de la creciente presión que el sistema ha enfrentado en los últimos años.
Además de los cambios en la contabilización de migrantes, la regla también eleva los estándares para algunas solicitudes de asilo y acelera los procedimientos de deportación. Esto significa que muchas reclamaciones deberán cumplir requisitos más estrictos, lo que podría impactar a migrantes cubanos que buscan protección bajo el sistema de asilo estadounidense.
Sin embargo, algunos grupos seguirán estando exentos de estas restricciones, incluidos menores no acompañados de cualquier país, residentes permanentes legales y aquellos que posean visas válidas. Estos cambios buscan reducir el abuso del sistema de asilo y agilizar los casos que, de otro modo, colapsarían los tribunales.
Desde junio, las políticas migratorias de la administración Biden han logrado una reducción de más del 55% en los cruces ilegales diarios, una medida que se mantendrá con la implementación de la nueva regla. Entre junio y agosto de 2024, el DHS procesó a más de 121.000 personas para su deportación, y se ha incrementado el número de vuelos de repatriación, incluyendo destinos fuera de la región, como India y China.
El efecto de estas políticas ha sido particularmente notable en la frontera suroeste, donde el uso de la aplicación CBP One ha jugado un papel crucial en la organización y legalización del proceso migratorio. Esta herramienta ha permitido a los migrantes agendar citas para solicitar asilo de manera ordenada, facilitando el proceso de entrada a Estados Unidos.
La aplicación CBP One ha sido un componente clave en el esfuerzo por mejorar la gestión migratoria. Al permitir a los migrantes enviar información antes de su llegada a los puntos de control, esta tecnología ha reducido el tiempo de espera y ha mejorado el acceso legal al país. Esto representa un alivio para muchos migrantes cubanos que desean regularizar su situación en los Estados Unidos sin recurrir a cruces ilegales.
Para los migrantes cubanos, estas nuevas medidas representan un cambio crucial en la forma en que deben plantear sus estrategias para ingresar legalmente al país. Aunque las restricciones son más estrictas, aquellos que cumplan con los requisitos, especialmente los menores no acompañados, aún tendrán oportunidades para solicitar asilo.
La administración Biden se ha comprometido a mantener abiertos los caminos legales de entrada a Estados Unidos, a la vez que refuerza los mecanismos para combatir la inmigración irregular. La comunidad cubana en el exilio sigue atenta a cómo estas medidas impactarán en las futuras solicitudes de asilo de sus compatriotas.
A pesar de los esfuerzos por controlar la inmigración, la implementación de esta nueva regla plantea preguntas sobre su impacto a largo plazo. La administración Biden ha enfatizado que estas medidas son necesarias para proteger la seguridad nacional y evitar el colapso del sistema de asilo, pero las implicaciones para miles de migrantes, especialmente cubanos, serán significativas.
El balance entre reforzar la seguridad fronteriza y garantizar el acceso a la protección humanitaria será crucial en los próximos meses. Mientras tanto, los migrantes deberán adaptarse a un sistema cada vez más complejo, donde los procedimientos se aceleran y las oportunidades para solicitar asilo se reducen.