El programa de parole humanitario para cubanos ha sufrido un fuerte descenso en las aprobaciones, según datos oficiales del gobierno de Estados Unidos. En agosto de 2024, solo 1.195 cubanos fueron admitidos bajo este beneficio migratorio, una cifra significativamente menor en comparación con las casi 5.000 aprobaciones registradas en julio y las 5.900 en junio.
Este descenso es el resultado de un endurecimiento en los criterios de seguridad por parte del Departamento de Seguridad Nacional (DHS, por sus siglas en inglés). Las autoridades han implementado medidas más estrictas para prevenir fraudes y asegurar que únicamente aquellos solicitantes que cumplan con todos los requisitos puedan acceder al parole. El proceso incluye ahora pruebas biométricas, como la toma de huellas dactilares, realizadas en una oficina física del USCIS, tras completar el formulario I-134A en línea y recibir una cita para la toma de huellas.
El fenómeno no es exclusivo de los ciudadanos cubanos. Venezolanos y nicaragüenses también han experimentado una notable disminución en las aprobaciones. En agosto, solo 1.034 venezolanos fueron admitidos bajo el programa, una caída en comparación con los 4.000 de julio. En el caso de Nicaragua, las cifras cayeron drásticamente: solo 13 aprobaciones en agosto, frente a las 2.700 del mes anterior.
A pesar de este panorama, el programa de parole sigue activo. Desde su implementación, más de 530.000 ciudadanos de Cuba, Haití, Nicaragua y Venezuela han sido aprobados para viajar legalmente a Estados Unidos. De ese total, más de 110.000 cubanos han logrado la autorización para ingresar al país. Además, ya se han establecido en EE.UU. alrededor de 210.000 haitianos, 93.000 nicaragüenses y casi 117.000 venezolanos.
El endurecimiento de las políticas migratorias también ha tenido un impacto en quienes intentan cruzar la frontera de manera irregular. Las cifras oficiales de agosto reflejan una disminución del 99% en la llegada de inmigrantes de Cuba, Venezuela, Nicaragua y Haití a la frontera sur de Estados Unidos. Las autoridades aseguran que estas medidas son parte de un esfuerzo para garantizar la seguridad y mantener el orden en el sistema migratorio.
Otro aspecto que afecta a los beneficiarios del parole es el plazo para regularizar su estatus migratorio. El gobierno de Estados Unidos ha establecido que aquellos ciudadanos cubanos y venezolanos que ingresaron al país bajo este programa tendrán un plazo de dos años para ajustar su situación. Si no logran obtener visas o solicitar asilo, podrían ser deportados al finalizar dicho periodo.
Esta medida afecta a quienes ingresaron a Estados Unidos bajo un beneficio temporal que les permite residir legalmente en el país, pero no les garantiza una permanencia definitiva. Por lo tanto, es crucial que los beneficiarios del parole exploren alternativas legales para regularizar su estatus antes de que se cumpla el plazo de dos años, ya que, de no hacerlo, enfrentarán la posibilidad de ser deportados.
