El pasaporte cubano, documento de identidad esencial para los nacionales que viajan fuera del país, enfrentará importantes modificaciones según el proyecto de Ley de Migración que se aprobará próximamente en la Asamblea Nacional del Poder Popular.
Desde el 1 de julio de 2023, algunas de estas modificaciones ya han sido implementadas mediante una orden ejecutiva del Ministerio de Relaciones Exteriores, que extendió la validez del pasaporte y eliminó la necesidad de prórrogas bianuales. La nueva ley estipula que todos los cubanos deben presentar un pasaporte válido y vigente al salir del país. Este documento es el único reconocido oficialmente para la entrada y salida de Cuba.
Para mayores de 16 años, el pasaporte tendrá una validez de diez años, mientras que para menores de edad y personas con discapacidad, su duración será de cinco años. Los cubanos residentes en el extranjero podrán renovar sus pasaportes en misiones diplomáticas y oficinas consulares.
El Ministerio del Interior es la entidad responsable de la emisión del pasaporte. Los ciudadanos deben presentar la documentación requerida y pagar las tasas correspondientes para obtenerlo.
La obtención de un pasaporte es obligatoria para todos los ciudadanos cubanos que deseen salir del país, sin importar el destino o motivo del viaje. La ley considera ilegal cualquier salida sin este documento. Las autoridades migratorias tienen la facultad de controlar y verificar la validez de los pasaportes en los puntos de entrada y salida del país, pudiendo denegar la salida si se detectan irregularidades.
El proyecto de Ley de Migración también oficializa la práctica del destierro y prohíbe la salida del país a quienes sean considerados de “interés público”. Las autoridades migratorias pueden limitar la entrada bajo pretextos como defensa y seguridad nacional, orden público y otros motivos interpretados arbitrariamente.
Las restricciones para salir del país incluyen estar sujeto a procesos penales, sanciones penales no cumplidas, servicio militar, deudas con el Estado y la necesidad de preservar la fuerza de trabajo calificada. Expertos advierten que esta ley dificultará aún más la salida de Cuba para aquellos que buscan mejores oportunidades o huyen de la persecución política.
Términos como “razones de Defensa y Seguridad Nacional” permiten interpretaciones subjetivas que pueden usarse para reprimir a disidentes, activistas y periodistas, limitando la libertad de expresión y oposición política. La ley también contempla la deportación de cubanos en el extranjero considerados una amenaza, lo cual podría silenciar a críticos del régimen fuera del país.
Según la prensa oficialista, el proyecto de Ley de Migración se alinea con lo establecido en la Constitución de la República de Cuba, las leyes y los tratados internacionales en materia migratoria. Busca promover una migración regular, ordenada y segura.
El proyecto de Ley de Migración presenta cambios significativos y restricciones que impactarán directamente a los cubanos, especialmente aquellos que residen en el extranjero o buscan salir del país. Las nuevas disposiciones sobre el pasaporte y las restricciones migratorias plantean un panorama desafiante para los ciudadanos cubanos, limitando aún más su movilidad y derechos.
