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Cuba aprueba un mercado cambiario flotante: la crisis que se avecina

El dólar cae por debajo de 300 CUP en el mercado informal cubano tras anuncio del gobierno
El dólar es la divisa extranjera que más circula dentro del país. (Foto de Celimar)

El Consejo de Ministros de Cuba aprobó la implementación de un mercado cambiario flotante entre el peso cubano (CUP) y el dólar estadounidense (USD), según informaron medios oficialistas. La decisión, tomada en una reunión encabezada por Miguel Díaz-Canel, busca reordenar la gestión de divisas y avanzar en la dolarización parcial de la economía.

Manuel Marrero Cruz, primer ministro, presentó un plan de acciones que retoma propuestas expuestas en la última sesión de la Asamblea Nacional. En el encuentro, los integrantes del Consejo de Ministros dieron luz verde a un nuevo mecanismo para el control y la asignación de divisas, en un intento por incrementar los ingresos externos y estimular la producción nacional, especialmente de alimentos.

Las autoridades reconocen que la estabilidad económica del país depende de la sostenibilidad de estas medidas. Marrero Cruz instó a los dirigentes a garantizar un sistema de seguimiento riguroso que permita evaluar constantemente la efectividad de las nuevas políticas y realizar ajustes según la evolución del mercado.

Mildrey Granadillo de la Torre, viceministra primera de Economía y Planificación, informó que 51 de las 101 proyecciones del plan gubernamental ya están en proceso de implementación. Sin embargo, advirtió sobre problemas en la alineación de los presupuestos locales con la estrategia de desarrollo nacional y la falta de claridad en planes de mantenimiento y reparación de infraestructuras.

El nuevo sistema cambiario adoptará un régimen de tipo de cambio flotante, lo que significa que el valor del CUP será determinado por la oferta y la demanda en el mercado de divisas. Actualmente, en Cuba coexisten dos tasas de cambio: la oficial, fijada en 120 CUP por dólar, y la informal, que ronda los 340 CUP por dólar. La transición a un tipo flotante podría establecer inicialmente un valor entre 250 y 300 CUP por dólar.

Especialistas advierten que la volatilidad será alta debido a la escasez de divisas, la baja confianza en el sistema financiero, la especulación y la inflación. Sin reservas suficientes, el CUP corre el riesgo de una rápida depreciación, lo que agravaría la crisis económica y el poder adquisitivo de la población.

La implementación de este mercado cambiario podría beneficiar a exportadores y sectores que operan con divisas, pero representa una amenaza para los salarios y ahorros en moneda nacional. La dolarización parcial ya ha profundizado la desigualdad entre quienes tienen acceso a divisas y quienes dependen exclusivamente del CUP.

El gobierno ha asegurado que realizará análisis constantes a todos los niveles para medir el impacto de las medidas y hacer ajustes según sea necesario. No obstante, la falta de transparencia y la ausencia de un respaldo financiero sólido generan dudas sobre la efectividad de este nuevo esquema.

Para muchos cubanos dentro y fuera de la isla, esta política representa un nuevo experimento económico con consecuencias inciertas. La historia reciente ha demostrado que cambios abruptos en el mercado cambiario suelen traer consigo inflación, pérdida de poder adquisitivo y una mayor precarización de la vida cotidiana.

Mientras tanto, la población sigue enfrentando el encarecimiento de bienes esenciales, el desabastecimiento y un mercado negro que crece a medida que la crisis se profundiza. La incertidumbre sobre la evolución del tipo de cambio y la capacidad del Estado para sostener este modelo refuerzan el escepticismo sobre la viabilidad de la reforma.

Cuba se encuentra en una encrucijada económica. El éxito o fracaso de esta nueva política dependerá no solo de la oferta y demanda de divisas, sino también de la confianza de los ciudadanos y del sector empresarial en el sistema financiero del país.

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