La cumbre desarrollada en México, donde concurrieron 11 naciones de la región para tratar el tema de la crisis migratoria hacia los Estados Unidos, finalizó este domingo tras la firma y lectura de una declaración conjunta. Sin embargo, una pregunta se impone: ¿los acuerdos disminuirán la migración?
Desde Palenque, en el estado azteca de Chiapas, la canciller mexicana Alicia Bárcena, hizo público el pronunciamiento de los asistentes de Colombia, Cuba, Haití, Honduras y Venezuela, El Salvador, Belice, Costa Rica, Ecuador, Guatemala y Panamá, en el que se exhorta a los países de origen, tránsito y destino a implementar políticas migratorias integrales.
Así mismo en el texto se insta a establecer políticas que respeten y salvaguarden la vida y dignidad de los migrantes y sus familias, promoviendo opciones de regularización permanente.
En tal sentido, se llegó al consenso de elaborar un “plan de acción” cuyos ejes se centran en la autosuficiencia en la producción de alimentos, la salvaguarda del medio ambiente, asegurar el suministro energético, así como fortalecer el comercio, las inversiones y la lucha contra las redes criminales.
Además, los mandatarios expresaron su intención de impulsar las relaciones comerciales, sin faltar las críticas directas a los EEUU por mantener sanciones y “acciones punitivas” a países como Cuba y Venezuela.
En el caso de Haití, se hizo el compromiso de respaldarlo en sus esfuerzos por “restaurar condiciones de seguridad para su población” y por tratar de regularizar la sociedad tras los conflicto de tipo político, aparejado al trabajo en la reestructuración de la arquitectura financiera internacional relacionada con la deuda soberana en América Latina.
Otro punto de importancia fue el llamado a promover la reintegración y el retorno de los trabajadores temporales como parte de la movilidad laboral; así como la solicitud de ampliar las vías regulares, seguras y ordenadas para la migración.
