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El gobierno cubano fija el precio para la caña de azúcar

El gobierno cubano fija el precio para la caña de azúcar
El precio fijado para esta zafra repite el esquema de la anterior, a pesar de que los costos de producción se han disparado en los últimos años. (Captura de pantalla © DW – YouTube)

La Gaceta Oficial de Cuba publicó el 17 de marzo de 2025 el nuevo precio máximo que el Estado pagará por la tonelada de caña de azúcar: 2.087 pesos cubanos (CUP). La medida, aprobada por el primer ministro Manuel Marrero y aplicada retroactivamente desde noviembre de 2024, mantiene sin cambios el pago a los productores, ignorando la inflación y el aumento del costo de los insumos agrícolas.

El acuerdo, firmado por el Consejo de Ministros bajo el número 10085, autoriza además al grupo empresarial AZCUBA a determinar la calidad de la caña y reducir aún más el pago a los agricultores. La decisión, sumada a la falta de recursos y financiamiento, profundiza la crisis del sector azucarero, que alguna vez fue el motor económico del país.

En la zafra de 2025, solo 15 ingenios estarán operativos, una caída drástica frente a los 24 que funcionaban en años anteriores. Como resultado, se prevé una producción de apenas 300.000 toneladas métricas de azúcar, muy por debajo de la demanda interna de la isla. La escasez de caña y la limitada capacidad industrial han dejado a la industria al borde del colapso.

Los productores han alertado que la tarifa impuesta por el gobierno no cubre los costos básicos de producción. Insumos esenciales como fertilizantes y pesticidas siguen siendo inaccesibles, lo que compromete aún más la siembra y el rendimiento agrícola. Pese a las solicitudes de apoyo financiero, AZCUBA ha admitido no contar con recursos para atender la crisis del sector.

El precio fijado para esta zafra repite el esquema de la anterior, a pesar de que los costos de producción se han disparado en los últimos años. En 2022, la tonelada de caña se pagaba a 700 CUP, lo que ya representaba un valor insuficiente en ese momento. La persistencia de políticas que desincentivan la producción ha generado una drástica caída en la oferta de azúcar en el país.

El rendimiento de la caña de azúcar se estima entre 100 y 120 kilogramos de azúcar refinada por tonelada procesada. Sin embargo, la baja inversión y la crisis estructural han reducido la eficiencia de la industria, lo que afecta tanto a la producción local como a las exportaciones.

Históricamente, la industria azucarera cubana fue una de las más grandes del mundo. En su época de esplendor, Cuba producía más de siete millones de toneladas anuales, mientras que hoy lucha por alcanzar una fracción mínima de esa cantidad. La drástica reducción del sector ha golpeado también a industrias asociadas, como la farmacéutica, que dependía de la caña para la fabricación de medicamentos homeopáticos.

El desplome de la producción de azúcar tiene un impacto directo en la alimentación y el comercio. En los últimos años, el gobierno ha racionado el azúcar en la libreta de abastecimiento y ha recurrido a importaciones para cubrir la demanda, encareciendo aún más este producto básico.

El deterioro del sector azucarero es una muestra de la crisis económica generalizada que enfrenta la isla. La falta de inversión, el control estatal sobre la producción y la ausencia de incentivos para los agricultores han convertido a la industria en un reflejo del colapso productivo del país.

A pesar de la crisis, el gobierno no ha dado señales de reformar el sistema de pago a los productores ni de flexibilizar el control sobre la comercialización del azúcar. Mientras tanto, los campesinos ven cada vez menos razones para continuar con una producción que no les permite recuperar su inversión.

Si la tendencia no se revierte, expertos advierten que Cuba podría perder completamente su capacidad de autoabastecimiento de azúcar en los próximos años, lo que obligaría al país a depender aún más de importaciones para cubrir su demanda interna.

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