El gobierno de Estados Unidos ha anunciado el fin del programa de parole humanitario, una medida que afectará a miles de inmigrantes de Cuba, Venezuela, Nicaragua y Haití. Según funcionarios del Departamento de Seguridad Nacional (DHS), aquellos que no logren regularizar su estatus migratorio antes de la expiración del beneficio serán deportados.
Este anuncio, reportado por El Nuevo Herald, indica que el proceso de deportación comenzará una vez finalice el periodo de dos años otorgado por el parole. Esta medida genera gran incertidumbre entre quienes esperaban usar este mecanismo para regularizar su permanencia en Estados Unidos.
El programa de parole humanitario fue implementado por la Administración de Joe Biden en octubre de 2022, inicialmente beneficiando a ciudadanos venezolanos. En enero de 2023, se extendió a cubanos, haitianos y nicaragüenses. En los últimos dos años, aproximadamente 500,000 personas de estos países han ingresado legalmente al país bajo este programa.
El DHS ha aclarado que el parole no será renovado, y aquellos inmigrantes que no encuentren una vía alternativa para obtener un estatus migratorio legal antes de que venza su permiso de dos años, deberán abandonar el país. Un portavoz del DHS explicó que el parole fue diseñado como una medida temporal para permitir que las personas busquen ayuda humanitaria o beneficios migratorios.
El permiso para los cubanos y otros inmigrantes finalizará en enero de 2025, mientras que los primeros beneficiarios venezolanos verán su parole caducar a finales de este mes. Para los cubanos, la incertidumbre sobre su futuro en EE. UU. ha crecido, especialmente tras la exclusión de Cuba de la Lotería de Visas 2026.
No obstante, los cubanos que hayan llegado al país bajo el programa de parole aún tienen una opción para regularizar su estatus. Pueden solicitar la residencia permanente bajo la Ley de Ajuste Cubano después de un año y un día de su llegada a EE. UU., una ventaja que no tienen otros nacionales beneficiados por el parole.
Para los inmigrantes venezolanos y haitianos, existe la posibilidad de que puedan acogerse a una extensión del Estatus de Protección Temporal (TPS), lo que les proporcionaría protección contra la deportación y permisos de trabajo. Sin embargo, la situación es más compleja para los nicaragüenses, ya que no ha habido avances significativos en la extensión del TPS para aquellos que han llegado en las últimas dos décadas.
La medida tomada por el gobierno de EE. UU. se produce en un contexto de creciente presión por parte de líderes republicanos, quienes han criticado el programa de parole debido a las solicitudes fraudulentas de patrocinio. En agosto, el DHS suspendió temporalmente el parole tras un aumento de casos de fraude.
Con este nuevo escenario, la comunidad inmigrante de Cuba, Venezuela, Nicaragua y Haití enfrenta tiempos difíciles. Muchos temen ser deportados si no logran regularizar su estatus antes de que expire el parole, y la incertidumbre sobre las futuras políticas de inmigración en Estados Unidos continúa creciendo.