Los impagos en los préstamos de automóviles en Estados Unidos alcanzaron en enero su nivel más alto en más de tres décadas, reflejando una creciente presión financiera sobre los consumidores. Según datos de Fitch Ratings, el 6.56 % de los prestatarios con financiamiento automotriz registraron un retraso de al menos 60 días en sus pagos, la cifra más alta desde 1994.
El incremento de la morosidad se produce en un contexto de altos costos de vida y tasas de interés elevadas, factores que han dificultado que muchas familias puedan cumplir con sus obligaciones financieras. Un informe del Banco de la Reserva Federal de Nueva York también reportó un aumento en los préstamos de autos en mora, con un 3 % de ellos en estado de impago grave, es decir, con retrasos superiores a 90 días, el nivel más alto desde 2010.
Los prestatarios con menor solvencia crediticia son los más afectados. Fitch Ratings clasifica como subprime a quienes tienen un puntaje de crédito de 640 o menos, y este grupo enfrenta las tasas más altas de morosidad. En contraste, los prestatarios prime, con mejor historial financiero, presentan tasas de impago significativamente menores: solo el 0.39 % de ellos tuvo retrasos de 60 días en enero, aunque esta cifra también aumentó respecto al 0.35 % del año anterior.
El costo de adquirir un vehículo en EE.UU. ha aumentado considerablemente en los últimos años. Según Cox Automotive, el precio promedio de un auto nuevo pasó de $38,000 en enero de 2020 a más de $48,500 en enero de 2025. Este incremento, junto con las altas tasas de interés, ha encarecido el financiamiento y generado dificultades para los compradores.
Las cuotas mensuales de los préstamos automotrices han subido drásticamente. En enero de este año, el pago promedio fue de $755, muy por encima de los $566 registrados en 2019. Aunque inferior al pico de $795 en diciembre de 2022, sigue representando un desafío para muchos conductores.
Además de los costos financieros, políticas comerciales podrían agravar la situación. La imposición de nuevos aranceles a las importaciones de autos por parte de la administración de Donald Trump podría aumentar los precios en hasta $12,000 adicionales. Sin embargo, se otorgó una exención temporal de un mes para México y Canadá, los principales socios comerciales del sector automotriz estadounidense.
Para quienes buscan adquirir un vehículo en Florida, donde los seguros son de los más costosos del país, es clave una planificación financiera adecuada. Expertos recomiendan no gastar más del 15 % del ingreso mensual en el pago del auto, incluyendo seguro e intereses. Por ejemplo, si una persona gana $3,000 al mes, su pago total no debería superar los $450.
Al momento de comprar un auto, es importante considerar no solo la cuota mensual, sino también el costo total, que incluye impuestos, seguro, mantenimiento y combustible. Para quienes ganan entre $2,000 y $3,000 al mes, la opción más viable suele ser un auto usado confiable en un rango de $8,000 a $15,000, mientras que aquellos con ingresos superiores a $5,000 pueden optar por vehículos nuevos sin comprometer más del 15 % de su presupuesto.
Otra recomendación clave es optar por financiamientos de 48 a 60 meses, ya que plazos más largos incrementan significativamente el pago de intereses. Evitar préstamos de 72 o 84 meses puede evitar pagar más de lo que realmente vale el auto.
El seguro de auto en Florida también representa un gasto considerable. Para reducir costos, se recomienda elegir modelos económicos, mantener un buen historial de manejo y comparar precios entre aseguradoras antes de tomar una decisión.
En medio del aumento de la morosidad en los préstamos automotrices, la planificación financiera es crucial para evitar compromisos económicos insostenibles y proteger la estabilidad financiera de los compradores en EE.UU.
