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Restricciones y alternativas: Comprar una casa en Cuba sigue siendo un reto

La Habana Cuba
La Habana Cuba. (Foto © Celimar)

El mercado inmobiliario en Cuba continúa presentando grandes obstáculos, tanto para residentes locales como para cubanos en el extranjero interesados en adquirir propiedades en la Isla. Si bien se han dado ciertos avances legales, las limitaciones impuestas por el gobierno cubano y la falta de opciones de financiamiento hacen que el acceso a la vivienda permanezca restringido.

Para los extranjeros, adquirir una vivienda en Cuba solo es posible si poseen residencia permanente en el país. Esta restricción excluye a la mayoría de los potenciales inversores internacionales, quienes deben establecerse en la Isla mediante matrimonio o cumpliendo ciertos requisitos laborales que califiquen para la residencia. Aquellos que no logran este estatus están sujetos a limitadas excepciones en desarrollos turísticos y zonas especiales, las cuales están bajo estricto control del Estado.

Aunque en países como Estados Unidos o España los extranjeros pueden adquirir propiedades con facilidad, el sistema cubano se mantiene restrictivo. En Estados Unidos, por ejemplo, basta una visa de turista válida para realizar transacciones inmobiliarias, mientras que en España es suficiente con el Número de Identificación de Extranjero (NIE).

Para los cubanos residentes en el extranjero, la Ley de Migración de 2024 ha introducido un cambio significativo. A diferencia de lo establecido previamente, los cubanos que pasan más de 24 meses fuera de la Isla ya no pierden sus derechos de propiedad. Esto permite a quienes viven en países como Estados Unidos acceder al mercado inmobiliario en Cuba sin necesidad de recuperar la residencia permanente, una modificación que abre la puerta a nuevas oportunidades de inversión.

El proceso de compra para los cubanos en el exterior es similar al de un residente en la Isla. Primero, es necesario firmar la escritura de compraventa y obtener un certificado de dominio vigente que acredite la propiedad. Las transacciones en Cuba se efectúan generalmente en efectivo, por lo que el dinero debe transferirse desde el extranjero de manera legal en MLC o en pesos cubanos. Luego de la compra, es obligatorio registrar la propiedad en el Registro de la Propiedad para asegurar su titularidad.

La ley cubana establece, además, que cada persona puede poseer solo una vivienda en zona urbana y una segunda en zona de descanso, lo que restringe el acceso a múltiples propiedades. Esta normativa limita la inversión inmobiliaria para aquellos cubanos que buscan diversificar su patrimonio dentro de la Isla.

Desde la reforma de 2011, el proceso de compraventa de viviendas en Cuba es legal, pero continúa siendo complejo. Los documentos exigidos incluyen la escritura de compraventa, el certificado de dominio y el rol de evaluación de impuestos, lo que añade una capa de burocracia a cada transacción.

Uno de los mayores obstáculos es la falta de préstamos hipotecarios en el sistema financiero cubano, una situación que limita el acceso a la vivienda, ya que obliga a realizar los pagos en efectivo. En ausencia de financiamiento bancario, el sueño de una propiedad se vuelve inaccesible para la mayoría de los ciudadanos.

Los precios de las viviendas en Cuba son variables. En zonas urbanas como La Habana, el precio promedio alcanza los 36,000 dólares, aunque puede ascender a más de 700,000 dólares en áreas privilegiadas o si incluye electrodomésticos. En otras localidades, una propiedad puede adquirirse por unos 10,000 dólares, reflejando así la disparidad entre diferentes regiones y niveles de desarrollo.

El mercado inmobiliario en Cuba representa una realidad compleja para los interesados en adquirir una vivienda. Para los cubanos en el exterior, los recientes cambios en la Ley de Migración ofrecen un alivio, aunque las restricciones y la falta de financiamiento continúan limitando el acceso a la propiedad.

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