La aplicación CBP One, lanzada en enero de 2023 como una herramienta para que los migrantes agendaran citas de asilo en la frontera sur de Estados Unidos, podría ser desactivada el próximo 20 de enero, coincidiendo con el inicio del segundo mandato de Donald Trump como presidente.
La decisión fue confirmada por Kristi Noem, nominada para liderar el Departamento de Seguridad Nacional, durante su audiencia en el Senado.
Durante su comparecencia ante el Comité de Seguridad Nacional, Noem declaró: “Si me confirman, CBP One se cerrará desde el primer día”. Esta acción responde a la promesa del presidente republicano de endurecer las políticas migratorias, un eje central de su administración.
Entre las medidas anunciadas, destaca también la reactivación del controvertido programa “Permanecer en México”, que obliga a los solicitantes de asilo no mexicanos a esperar en ese país mientras sus casos son evaluados en EEUU. Este programa, implementado durante el primer mandato de Trump, fue ampliamente criticado por las condiciones en las que vivían los migrantes en México.
Según Noem, estas decisiones buscan reforzar la seguridad fronteriza y garantizar un sistema de inmigración “justo, legal y eficiente”. En su intervención, afirmó que proteger las fronteras es una responsabilidad inherente del gobierno estadounidense. Además, subrayó la intención de alinear el sistema migratorio con los valores nacionales.
La clausura de CBP One marca el fin de una herramienta que transformó la gestión migratoria en la frontera sur. Desde su implementación, más de 936.500 personas lograron programar citas para presentar solicitudes de asilo, beneficiando principalmente a venezolanos, cubanos y mexicanos. Solo en diciembre de 2024, cerca de 44.000 migrantes utilizaron la aplicación para acceder a procesos legales seguros y ordenados.
El cierre de CBP One podría dejar a miles de migrantes sin acceso a procedimientos legales, exponiéndolos a restricciones más estrictas. La aplicación permitía eludir el reglamento final de aseguramiento de fronteras, que limita el acceso al asilo para quienes ingresan sin cita o por puntos no autorizados.
Organizaciones de apoyo a migrantes han comenzado a diseñar estrategias para mitigar las consecuencias de estos cambios, aunque el panorama es incierto. La reactivación del programa “Permanecer en México” podría complicar aún más la situación, obligando a miles de solicitantes a enfrentar condiciones precarias en territorio mexicano mientras esperan sus audiencias.
CBP One, a pesar de sus críticas iniciales, había optimizado el procesamiento de migrantes, aliviando la presión sobre los puertos de entrada. Su clausura podría significar un retroceso en los esfuerzos por garantizar procesos legales y seguros.
Mientras la administración Trump retoma políticas migratorias más restrictivas, el impacto sobre los migrantes, particularmente los cubanos, será significativo. Estos cambios reafirman la tendencia hacia un enfoque más severo en la gestión migratoria, dejando a miles de personas en una situación vulnerable y con opciones limitadas para regularizar su estatus.
La incertidumbre reina entre los migrantes que ya habían iniciado trámites a través de CBP One. Por su parte, grupos defensores de derechos humanos anticipan un aumento en los casos de ingreso irregular y las tensiones en la frontera.
Con la desactivación de esta herramienta y el regreso de políticas como “Permanecer en México”, los próximos meses podrían redefinir el panorama migratorio en la región, especialmente para los cubanos que buscan una oportunidad en Estados Unidos.
