Un terremoto de magnitud 7.6, con epicentro al norte de Honduras, se sintió ayer en varios países del Caribe y Centroamérica, incluida Cuba. En La Habana, residentes de edificios altos reportaron el movimiento telúrico, aunque hasta el momento no hay informes oficiales sobre daños estructurales en la capital.
Julio Gonpagés, un usuario en redes sociales, relató la experiencia desde su vivienda en el Vedado. “Se acaba de mover mi edificio en 19 y G, muy fuerte… tembló la tierra alrededor de 12 segundos y se movieron cuadros, sillas y otros objetos… tremendo susto”, publicó en Facebook.
El sismo ocurrió a una profundidad de 33 kilómetros, lo que llevó al Centro de Alerta de Tsunamis del Pacífico (PTWC) a emitir una alerta de maremoto para varias zonas del Caribe. Se advirtió que un tsunami podría manifestarse en una serie de olas con intervalos de entre cinco minutos y una hora, extendiendo el riesgo durante varias horas después del temblor.
Las autoridades recomendaron a la población alejarse de las playas y trasladarse a zonas elevadas. En Cuba, la alerta incluyó regiones costeras como Santiago de Cuba, Baracoa, Gibara, Banes, Santa Cruz del Sur, La Habana, Varadero, Cayo Coco y Cayo Guillermo, algunas de las cuales son especialmente vulnerables debido a su baja altitud.
El Instituto de Meteorología de Cuba y el Centro Nacional de Investigaciones Sismológicas (CENAIS) monitorearon la evolución del fenómeno. Horas después del temblor, la alerta de tsunami fue desactivada, aunque instaron a la población a permanecer atenta ante posibles réplicas.
Además de Cuba, otros países como Honduras, México, Jamaica, Belice, Haití, Costa Rica, Panamá, Nicaragua y Guatemala activaron protocolos de emergencia. En algunas de estas naciones, se habilitaron refugios temporales en previsión de evacuaciones.
El impacto del sismo recordó a los cubanos los eventos sísmicos ocurridos en noviembre del año pasado, cuando dos terremotos de magnitudes 6.0 y 6.8 sacudieron el oriente de la isla. Aquellos movimientos telúricos provocaron deslizamientos de tierra, afectaciones en viviendas y en el sistema eléctrico, además de generar pánico entre los habitantes.
El epicentro de los sismos de noviembre se ubicó en el mar, a unos 40 kilómetros al sur de Pilón, en la provincia de Granma. Los efectos se sintieron en Granma, Santiago de Cuba, Guantánamo, Holguín y Las Tunas.
A pesar de la magnitud del terremoto de ayer, en Cuba no se reportaron víctimas ni daños significativos. No obstante, la posibilidad de nuevos eventos sísmicos mantiene en alerta a los organismos especializados.
El gobierno cubano, que históricamente ha sido criticado por su falta de transparencia en la gestión de emergencias, no ha ofrecido detalles adicionales sobre la respuesta ante el sismo ni sobre protocolos para futuras eventualidades.
Las autoridades insisten en la importancia de mantenerse informados y seguir las indicaciones oficiales ante cualquier emergencia sísmica que pueda ocurrir en la región.
