
Un cubano residente en Tennessee enfrenta un inminente proceso de deportación tras no haberse presentado a una cita con el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) en marzo de 2025 y ser detenido semanas después por exceso de velocidad. Actualmente se encuentra en un centro penitenciario en Louisiana, según confirmó su esposa al periodista Mario J. Pentón.
La mujer explicó que su esposo decidió no acudir a la cita migratoria por temor a las detenciones masivas que se estaban produciendo en ese momento. Sin embargo, la ley en Estados Unidos establece que la inasistencia a estas comparecencias genera automáticamente una orden de deportación.
El caso se agravó tras una infracción de tránsito. El hombre fue arrestado por la policía estatal al exceder el límite de velocidad, lo que derivó en su traslado a prisión. Este antecedente, aunque menor, complica aún más su situación legal al combinarse con el incumplimiento migratorio.
La esposa denunció las condiciones del centro penitenciario donde se encuentra detenido, que describió como recién pintado pero sin acceso a agua para los internos. “No pueden tratar a una persona como si fuera un asesino o violador”, expresó, visiblemente afectada por el trato que recibe su esposo.
El periodista Mario J. Pentón advirtió que no asistir a una cita con ICE es siempre una mala decisión. Recalcó que el sistema migratorio estadounidense no admite excusas y que las consecuencias pueden ser irreversibles, como en este caso.
En redes sociales, la situación ha generado opiniones encontradas. Algunos señalan que el detenido incumplió deliberadamente las normas, mientras que otros lo ven como una víctima de la presión y el miedo que sufren miles de migrantes indocumentados en Estados Unidos.
El cubano Maikel Yamil Medel recordó en un comentario que en 2018 un oficial de inmigración le explicó que la ausencia a una cita con ICE provoca de inmediato la emisión de una orden de deportación. El consejo, asegura, fue claro y contundente, aunque no siempre escuchado.
El arresto por exceso de velocidad añade un elemento decisivo al caso. Conducir a altas velocidades constituye una infracción que pone en peligro la seguridad pública y, aunque pueda parecer un delito menor, combinado con su estatus migratorio representa un riesgo mayor.
La orden de deportación contra el detenido parece ahora casi inevitable. La combinación de faltas a la ley migratoria y violaciones de tránsito refuerza el expediente en su contra y reduce las opciones legales disponibles para su defensa.
La familia ha pedido sensibilidad ante la situación y mejores condiciones en los centros de detención, donde permanecen cientos de cubanos a la espera de procesos similares. Sin embargo, el marco legal es estricto y rara vez ofrece concesiones en casos de incumplimiento reiterado.
Expertos en temas migratorios recuerdan que la coyuntura actual en Estados Unidos obliga a los migrantes a actuar con responsabilidad extrema. Cualquier error, incluso menor, puede tener consecuencias irreparables para quienes carecen de estatus legal.
Los abogados recomiendan a los inmigrantes indocumentados cumplir con todas las leyes cívicas y ciudadanas con mayor rigor que los propios estadounidenses. Ser “ciudadanos modelo” es la única forma de evitar riesgos que pongan en peligro su permanencia y el bienestar de sus familias.