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Abogado Wilfredo Allen responde dudas sobre el futuro de los beneficiarios del programa CBP One y otros procesos migratorios en EE. UU.

Abogado Wilfredo Allen responde dudas sobre el futuro de los beneficiarios del programa CBP One y otros procesos migratorios en EE. UU.
Abogado Wilfredo Allen responde dudas sobre el futuro de los beneficiarios del programa CBP One y otros procesos migratorios en EE. UU. (Foto de Celimar)

El abogado de inmigración Wilfredo “Willy” Allen participó en el programa de YouTube del periodista Daniel Benítez, donde ofreció respuestas claras sobre las inquietudes de los migrantes que actualmente atraviesan el complicado y, en muchos casos, incierto proceso migratorio en los Estados Unidos. Durante la transmisión, Allen abordó puntos clave como la revocación de permisos de trabajo a beneficiarios de CBP One, el I-220A, y otros aspectos cruciales del sistema migratorio estadounidense.

Una de las principales preocupaciones planteadas fue la revocación de los permisos de trabajo de los beneficiarios de CBP One. Allen explicó que, aunque existe una demanda en curso impulsada por el abogado Mark Prada, esta demanda está dirigida a un solo individuo. Sin embargo, el abogado confía en que este tipo de demandas abrirán la puerta a procesos colectivos que podrían beneficiar a más migrantes. “La preocupación más grande que tengo con los CBP One es que los declaren muertos en el sistema del Seguro Social”, señaló Allen. Este escenario, de ocurrir, podría afectar gravemente las cuentas bancarias, las tarjetas de crédito y los permisos de trabajo de los migrantes afectados.

El abogado también compartió su perspectiva sobre los retrasos que algunos beneficiarios de programas como CBP One podrían enfrentar durante el proceso de obtención de la residencia. A pesar de las demoras, Allen destacó que la cita biométrica es uno de los pasos clave que valida el avance del proceso migratorio. En un caso presentado por una madre preocupada por el futuro de su hija, quien ya había completado su cita biométrica, Allen ofreció palabras de aliento: “Yo espero que sí le llegue el permiso de trabajo. Este gobierno va a arrastrar los pies, pero eventualmente va a llegar”.

El abogado también relató algunos casos excepcionales. Un usuario compartió la historia de su esposo, quien había llegado a EE. UU. por mar, fue beneficiado con un parole, solicitó asilo y ya había obtenido la residencia. Allen calificó el caso como una “doble bendición” y destacó que, en situaciones como esta, la residencia es retroactiva a la fecha de entrada al país.

Por otro lado, un residente relató un error administrativo en la asignación de su categoría de residencia, donde le asignaron el código CU8 en lugar de CU6. Allen confirmó que, a pesar de este error, el residente podría viajar sin problemas, ya que la residencia física es válida independientemente de la categoría.

Una de las advertencias más firmes de Allen fue respecto a las citas biométricas. El abogado explicó que, en el caso de que un migrante no asista a su cita de huellas o no la reprograma, el caso puede ser considerado abandonado. “Sin huellas no hay proceso”, enfatizó, recordando a los migrantes la importancia de cumplir con este paso esencial para evitar complicaciones.

En cuanto a los casos relacionados con el I-220A, Allen compartió su sorpresa al ver la aprobación de varios casos sin necesidad de una corte. Este tipo de decisiones son muy bien recibidas, ya que muchos de estos casos llevan más de tres años en espera. El abogado destacó que cuando no hay corte asignada, el juez no tiene jurisdicción sobre la residencia, lo que hace que sea más viable su aprobación directamente por parte de USCIS.

Finalmente, Allen aclaró una duda frecuente de los patrocinadores sobre su responsabilidad legal una vez vencido el parole de dos años. El abogado confirmó que, si la persona ya es residente o ha pasado el período de parole, el patrocinador ya no tiene responsabilidad legal sobre ella.

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