Cuba abre su mercado hotelero a empresas extranjeras para “revitalizar” el sector turístico

El gobierno cubano está implementando un cambio estratégico en su política turística al permitir que cadenas hoteleras internacionales arrenden propiedades estatales, lo que les otorgará un control total sobre la gestión de estos establecimientos. Esta medida surge como respuesta a la crisis en la industria del ocio, marcada por una disminución drástica en las llegadas de turistas internacionales, y busca aliviar la carga económica que los hoteles estatales representan para el país.
La española Iberostar será la primera cadena hotelera en beneficiarse de este nuevo modelo, arrendando el Iberostar Origin Laguna Azul en Varadero, un acuerdo que entra en vigor el 1 de enero de 2026. Este contrato, firmado recientemente, marca un punto de inflexión en el sector turístico cubano, tradicionalmente bajo el control del conglomerado GAESA, vinculado a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Cuba.
El ministro de Turismo, Manuel Marrero Cruz, había anticipado esta posibilidad en la feria FITCuba, indicando que se evaluaban arrendamientos para revitalizar el sector. Ahora, el gobierno cubano avanza hacia la implementación de lo que se describen como “experiencias pilotos” con varias cadenas internacionales, lo que permitirá una mayor autonomía en la gestión hotelera.
Con este modelo, las cadenas hoteleras extranjeras tendrán plena capacidad para manejar desde las inversiones hasta las políticas salariales, lo que representa un cambio significativo respecto al modelo anterior, en el que el gobierno fijaba salarios bajos y en pesos cubanos. La flexibilización de las políticas salariales es un aspecto clave de la reforma, pues permitirá que las empresas ajusten los sueldos de acuerdo con el mercado laboral, lo cual podría mejorar la calidad del servicio y contribuir a la retención de talento local.
El gobierno cubano espera que esta nueva estrategia genere ingresos directos por los arrendamientos y, a su vez, impulse la llegada de turistas al mejorar la calidad de los servicios. Sin embargo, la situación es desafiante. En 2025, Cuba podría cerrar el año con solo 1.8 millones de turistas, un número significativamente inferior a los 2,2 millones de 2024 y mucho más alejado del récord de 4,7 millones de 2018.
El descenso en el número de turistas se debe a varios factores, entre ellos la crisis económica interna y los problemas energéticos. Uno de los mercados más afectados ha sido el ruso, que experimentó una disminución del 45.4% en el número de visitantes en comparación con 2024. También se han registrado caídas en los turistas provenientes de Canadá, Estados Unidos, y otros países europeos, lo que indica una pérdida de atractivo de Cuba como destino turístico.
A pesar de estos desafíos, las autoridades esperan que el nuevo modelo de gestión hotelera atraiga a más turistas, mejorando la competitividad de Cuba en el mercado global. Con un enfoque renovado en la calidad y la autonomía operativa de las cadenas hoteleras extranjeras, el gobierno cubano apuesta por la recuperación de un sector clave para la economía del país.