
El extenso caso de interferencia electoral que involucraba al expresidente Donald Trump y a varios de sus coacusados llegó a su fin este miércoles, luego de que un juez del estado de Georgia decidiera desestimar todos los cargos. La decisión fue anunciada por el juez Scott McAfee, del Tribunal Superior del Condado de Fulton, quien determinó que el caso quedaba “desestimado en su totalidad”, tras una solicitud del fiscal Peter Skandalakis.
El caso había sido iniciado en agosto de 2023, involucrando a Trump y a 18 coacusados, entre ellos el exalcalde de Nueva York Rudy Giuliani y el exjefe de gabinete de la Casa Blanca Mark Meadows. Los acusados enfrentaban cargos de extorsión, acusados de intentar anular los resultados de las elecciones presidenciales de 2020 en Georgia, un estado clave en el proceso electoral.
La decisión de desestimar los cargos se produjo poco después de que Skandalakis, quien asumió el caso a principios de noviembre tras la descalificación de la fiscal original, Fani Willis, notificara al tribunal que no procederían con los cargos. En una carta dirigida al tribunal, Skandalakis explicó que continuar con el caso no beneficiaría a los ciudadanos de Georgia, citando la complejidad del proceso judicial y su opinión profesional de que el caso no debería continuar.
“No beneficiaría a los ciudadanos de Georgia”
Skandalakis justificó su decisión señalando que, tras evaluar la situación, no consideraba que un juicio de este calibre fuera lo más adecuado para la función judicial. “He decidido poner fin a este caso para servir a los intereses de la justicia y promover la función judicial”, afirmó el fiscal, quien subrayó que su decisión no fue impulsada por motivos políticos, sino por su entendimiento de la ley.
La defensa de Trump celebró la decisión, y el abogado del expresidente, Steve Sadow, calificó el fallo como el fin de lo que denominó “la persecución política del presidente Trump”. Sadow añadió que el caso nunca debió haber sido presentado y destacó que la intervención de un fiscal imparcial había puesto fin a lo que calificó como una “guerra legal” contra Trump.
Un caso “sin precedentes”
El fiscal también reconoció que este caso era “sin precedentes” debido a la complejidad de procesar a un presidente en funciones. Hizo referencia a la llamada telefónica entre Trump y el principal funcionario electoral de Georgia, que se convirtió en uno de los puntos más polémicos del caso, y que fue ampliamente discutido en los medios y en comentarios públicos.
Skandalakis, quien asumió el caso después de la destitución de Fani Willis, también expresó su preocupación por la singularidad de este tipo de juicio, afirmando que “ojalá nunca más nuestro país se enfrente a circunstancias como estas”.
Conclusión del caso
Con la desestimación de los cargos, Trump y sus coacusados, incluidos Giuliani y Meadows, pueden ver cómo se resuelve uno de los casos legales más mediáticos de la era post-electoral de 2020. Aunque algunos coacusados llegaron a acuerdos con la fiscalía, otros, incluidos los mencionados, mantenían su inocencia.