
La Guardia Costera de Estados Unidos (USCG) anunció este miércoles una histórica incautación de casi 50.000 libras de cocaína, valoradas en 360 millones de dólares. El operativo, realizado en el océano Pacífico oriental, se llevó a cabo durante 13 redadas distintas, lo que marca un “momento histórico” para la institución, según el almirante Nathan Moore, comandante de la Guardia Costera.
La incautación fue parte de la “Operación Víbora del Pacífico”, una iniciativa lanzada a principios de agosto por el Departamento de Seguridad Nacional (DHS). Este operativo tiene como objetivo evitar que grandes cantidades de drogas lleguen a las costas de EE. UU., interceptando embarcaciones sospechosas involucradas en el tráfico de narcóticos.
En su rueda de prensa, Moore destacó la cooperación de las autoridades locales, mencionando especialmente la colaboración del distrito de Miami y las autoridades de Port Everglades, lugar donde se realizó el anuncio oficial. Esta exitosa operación es un claro ejemplo de la eficacia de la colaboración entre las diferentes agencias de seguridad en EE. UU. para combatir el narcotráfico.
A diferencia de otras operaciones militares como la “Operación Lanza del Sur” —realizada en el Mar Caribe frente a las costas de Venezuela—, que ha sido objeto de controversia debido a la falta de pruebas claras contra las embarcaciones sospechosas, la Guardia Costera sigue procedimientos específicos para garantizar la seguridad en la interdicción y arresto de los contrabandistas.
Según la capitana Anne O’Connell, comandante del guardacostas Stone, la USCG emplea helicópteros armados para detener embarcaciones y arrestar a los sospechosos, quienes posteriormente son entregados a su país de origen para su procesamiento. La mayor parte del contrabando confiscado se mantiene bajo custodia de las autoridades estadounidenses.
La “Operación Víbora del Pacífico” se suma a otra histórica incautación anunciada por la Guardia Costera en agosto de este año, en la que se lograron interceptar más de 76.000 libras de drogas. Esta operación también contó con la colaboración del Departamento de Defensa y resultó en la captura de 19 embarcaciones sospechosas, localizadas en diversas partes del Caribe y el Pacífico.
Estas operaciones subrayan la creciente magnitud del tráfico de drogas en América Latina y el Caribe, regiones clave en el tránsito de narcóticos hacia los mercados de Norteamérica. A pesar de los desafíos, EE. UU. continúa su lucha contra el narcotráfico, con el objetivo de reducir el flujo de drogas y desmantelar las redes de contrabando que operan en estas áreas.






