José Raúl Mulino asumió el cargo como nuevo presidente de Panamá. En este contexto, su administración firmó un memorando de entendimiento con el gobierno de Estados Unidos para abordar la migración irregular a través de la selva del Darién.
El memorando, firmado por el canciller panameño Javier Martínez-Acha y el secretario de Seguridad Nacional de EE.UU., Alejandro Mayorkas, tiene como objetivo principal implementar vuelos de deportación para migrantes irregulares que crucen la frontera natural entre Colombia y Panamá. Este acuerdo busca “apoyar con equipos, transporte y logística de extranjeros detectados dentro de los flujos migratorios en contravención de las leyes migratorias de Panamá”, según el documento.
El acuerdo también establece que los migrantes estarán sujetos a medidas administrativas migratorias conforme a las leyes panameñas. A su vez, Panamá se comprometió a cumplir con todos los acuerdos y convenios internacionales sobre los derechos de los inmigrantes y refugiados.
Durante su discurso de investidura, Mulino, exministro de seguridad de 65 años, prometió tomar medidas definitivas para detener la migración irregular a través del tapón del Darién. “No voy a permitir que la nación sea un camino abierto para miles de personas que ingresan de manera ilegal, apoyadas por un organismo internacional relacionado con el narcotráfico y el tráfico de personas”, declaró.
Mulino también destacó la necesidad de buscar soluciones con los países involucrados, especialmente con Estados Unidos, que es el destino final de la mayoría de los migrantes. “Apelaré a la solidaridad internacional y buscaré soluciones con los países involucrados, sobre todo, con EE.UU.”, afirmó.
El memorando de entendimiento es un acuerdo formal que expresa la intención de colaboración en un proyecto específico. Aunque no es legalmente vinculante, establece un compromiso claro de las acciones a llevar a cabo por ambas partes.
La implementación de este plan es vista por expertos en temas migratorios como ambiciosa y potencialmente costosa. A pesar de ello, se considera que la deportación de un porcentaje mínimo de migrantes cada día podría ser un paso significativo en el control de la migración irregular.
El año pasado, más de medio millón de personas atravesaron el corredor del Darién, y en lo que va de 2024, más de 190,000 migrantes han cruzado esta peligrosa ruta. La mayoría de los migrantes proceden de Venezuela, Ecuador, Colombia y China, lo que refleja la complejidad del fenómeno migratorio en la región.
Alejandro Mayorkas, representante del presidente Joe Biden, enfatizó la importancia de este acuerdo durante la ceremonia. “Este memorando refuerza nuestra colaboración para abordar un desafío migratorio que afecta a nuestras naciones”, señaló.
Con este acuerdo, la administración de Mulino busca fortalecer las medidas de control migratorio y enviar un mensaje claro a los migrantes irregulares: Panamá no será un paso libre hacia el norte. Esta estrategia pretende reducir significativamente el flujo de migrantes por el Darién, una de las rutas más peligrosas del continente.
El compromiso de Panamá y Estados Unidos de trabajar juntos en este frente es un paso crucial en la gestión de la migración irregular y en la protección de las fronteras panameñas. La cooperación entre ambos países se espera que traiga resultados tangibles en el corto y mediano plazo, estableciendo un nuevo estándar en la gestión migratoria de la región.