En un giro significativo para la comunidad cubana en Estados Unidos, el gobierno de este país ha comenzado a emitir la “Orden de Libertad Provisional” bajo palabra, conocida como formulario I-220A, a cubanos que estuvieron detenidos por las autoridades de inmigración y posteriormente liberados. Este documento es crucial ya que impone a los beneficiarios la responsabilidad de asistir a las audiencias en la corte de inmigración y mantener un comportamiento ejemplar mientras se define su estatus migratorio.
La I-220A, distinta del formulario I-220B destinado a aquellos cuyos casos no fueron aceptados en corte, marca una diferencia significativa para quienes aún tienen procesos pendientes en Estados Unidos. A diferencia de aquellos bajo la I-220B, sujetos a supervisión y reportes periódicos hasta la resolución de su caso, los portadores de la I-220A tienen la posibilidad de una vida con menos restricciones mientras esperan la decisión sobre su futuro en el país.
Aunque la I-220A no se considera actualmente un “parole” que permitiría aplicar directamente a la Ley de Ajuste Cubano, hay esfuerzos legales en curso, liderados por abogados de inmigración, para que este documento obtenga un estatus similar en las cortes federales. Esta situación ha generado una luz de esperanza entre la comunidad cubana, especialmente porque podría abrir un camino hacia la regularización de su estatus migratorio.
La congresista cubanoamericana María Elvira Salazar ha tomado un papel activo en este asunto, buscando soluciones para los aproximadamente 300,000 a 400,000 cubanos afectados. Salazar ha llevado esta preocupación hasta Alejandro Mayorkas, secretario de Seguridad Nacional de EE.UU., enfatizando la urgencia de encontrar una vía legal para estos individuos que, tras el vencimiento de su permiso, enfrentan un futuro incierto en el país.
Los beneficiarios de la I-220A tienen a su disposición varias opciones para gestionar sus citas con el Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE), incluyendo un portal web específico, contacto con la oficina local de ICE o una línea telefónica dedicada. Estas facilidades buscan asegurar el cumplimiento de las condiciones impuestas por la orden de libertad provisional, garantizando así la integración efectiva de los cubanos en el proceso migratorio estadounidense.