El 28 de mayo de 2024, la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC) del Departamento del Tesoro de Estados Unidos implementó nuevas regulaciones que permiten a los emprendedores cubanos abrir cuentas bancarias en territorio estadounidense. Además, se autoriza a triangular transacciones internacionales pasando por EE.UU., conocidas como transacciones “U-turn”, anteriormente prohibidas.
A pesar de esta apertura, aún persisten interrogantes sobre la posibilidad de que los bancos estadounidenses otorguen financiamiento a las Micro, pequeñas y medianas empresas privadas (Mipymes) cubanas. Según Marcell Felipe, abogado y crítico de las flexibilizaciones de Joe Biden hacia el régimen cubano, “todavía no se permite financiamiento, pero estas medidas pudieran significar un paso futuro en esa dirección”.
Felipe considera estas acciones una “declaración de guerra” al exilio cubano y propone acciones legislativas por parte de congresistas cubanoamericanos para frenarlas. Sin embargo, reconoce que tanto esa vía como una demanda judicial presentan dificultades para revertir una acción ejecutiva del presidente de EE.UU.
Por su parte, el analista político Andrés Alburquerque argumenta que las nuevas medidas de la administración Biden son una excusa para relajar más las sanciones al régimen comunista. Según Alburquerque, no existen verdaderas empresas privadas en Cuba con hasta 100 empleados, y estas medidas solo benefician al castrismo.
Alburquerque utiliza el ejemplo de los hoteles boutique para ilustrar cómo el régimen cubano podría explotar las nuevas medidas. Señala que hoteles con hasta 100 empleados, nominalmente privados, podrían estar manejados por familiares de altos funcionarios del régimen, permitiendo que el gobierno cubano se beneficie económicamente y socave aún más el embargo. Estos hoteles, al tener acceso a servicios financieros y tecnológicos estadounidenses, facilitarían la integración económica con el exterior, burlando las restricciones del embargo.
Ambos panelistas coinciden en que, desde el punto de vista electoral, las nuevas medidas de la administración Biden podrían influir negativamente en los resultados electorales del Partido Demócrata en Florida. Sin embargo, sugieren que los actuales consejeros de la Casa Blanca dan por perdida la Florida en las presidenciales de noviembre, lo que les lleva a tomar acciones que resultan impopulares en el núcleo duro del exilio cubano.
Estas nuevas regulaciones, aunque permiten cierta flexibilidad para los emprendedores cubanos, generan un debate intenso sobre sus implicaciones políticas y económicas. La adaptación de los bancos estadounidenses a estas regulaciones es un aspecto clave que determinará el alcance y el impacto real de las medidas.
A medida que la situación evoluciona, será fundamental observar cómo responden tanto el régimen cubano como la comunidad cubanoamericana. La posibilidad de acceso a servicios financieros estadounidenses para los emprendedores cubanos representa una oportunidad significativa, pero también un desafío político y económico considerable.
La implementación de estas medidas por parte de la OFAC marca un hito en las relaciones financieras entre EE.UU. y Cuba, abriendo un nuevo capítulo en la interacción económica bilateral. Sin embargo, las reacciones encontradas demuestran que el camino hacia una plena normalización económica sigue siendo complejo y lleno de obstáculos.
