Más de 460,000 ciudadanos de Cuba, Venezuela, Haití y Nicaragua han ingresado a Estados Unidos bajo el programa de parole humanitario implementado por la administración del presidente Joe Biden desde octubre de 2022. Estos migrantes han llegado a través de 40 aeropuertos desde 73 países distintos, según datos del Departamento de Seguridad Nacional (DHS).
Desde octubre de 2022 hasta mayo de 2024, se han aprobado visas humanitarias para estos migrantes, las cuales se convierten en un parole tras una entrevista con un oficial de CBP en la frontera. Entre los principales puntos de entrada se encuentran Houston, Los Ángeles, Miami, Nueva York y San Francisco.
El programa de parole humanitario, iniciado en enero de 2023, ha permitido que más de 100,500 cubanos sean aprobados para viajar a Estados Unidos, de los cuales 98,200 ya han arribado. Haití es la nación más beneficiada, con 193,400 aprobaciones y 177,100 llegadas. En comparación, 87,800 nicaragüenses y 113,400 venezolanos han sido aprobados, con 80,700 y 106,100 llegadas, respectivamente.
Los migrantes han sido autorizados a volar desde países como Argentina, Australia, Canadá, España, entre otros. Esta amplia gama de naciones ha generado críticas sobre la verdadera necesidad de refugio humanitario de estos migrantes, dado que muchos provienen de países considerados seguros.
Las críticas se centran en que los migrantes, al volar desde países seguros, no estarían enfrentando problemas humanitarios urgentes, ni estarían cerca de rutas migratorias peligrosas. Esto contradice el objetivo inicial del programa de evitar el peligroso cruce por la frontera sur estadounidense de los ciudadanos de estas cuatro nacionalidades.
El programa de parole humanitario busca ofrecer una vía segura y ordenada para la migración, reduciendo los peligros de las rutas ilegales. Los interesados deben completar el Formulario I-134A (Declaración de apoyo financiero) a través del sitio web de los Servicios de Ciudadanía e Inmigración de los EEUU (USCIS). Es necesario contar con un patrocinador en Estados Unidos que garantice el apoyo financiero durante la estancia de los migrantes.
Desde su implementación, el programa ha sido una alternativa para miles de personas que buscan una vida mejor en Estados Unidos. No obstante, la llegada masiva de migrantes desde países considerados seguros ha suscitado un debate sobre la eficacia y el propósito del programa.
El DHS y la administración Biden han defendido el programa, argumentando que ofrece una solución humanitaria y ordenada a la crisis migratoria en la región. Sin embargo, la controversia persiste, y se espera que el programa sea objeto de revisiones futuras para abordar las preocupaciones planteadas.