El primer ministro Manuel Marrero Cruz advirtió que en septiembre se podrían terminar las facilidades de importación gratuitas de alimentos, medicinas y productos de aseo. Estas medidas, vigentes desde las protestas populares del 11 de julio y prorrogadas en los meses sucesivos, podrían llegar a su fin pronto.
De acuerdo con Marrero Cruz, quien ostenta los grados de coronel de las Fuerzas Armadas (FAR), la entrada masiva de productos con carácter comercial está creando distorsiones que el régimen castrista quiere corregir. La intención es impulsar las ventas en las tiendas en Moneda Libremente Convertibles (MLC).
“Hemos estado extendiéndolo cada tres meses y nosotros lo hemos analizado con profundidad. Hay distorsiones detrás de esta medida que la aprobamos para beneficiar al pueblo, para que pudieran traer un poco de comida, un poco de aseo desde afuera, no cobrarle nada en la frontera. Pero ha sido esto tomado por personas que se dedican a traer inmensas cantidades de productos para comercializarlos en un mercado negro,” comentó Marrero Cruz.
Para una población que enfrenta una escasez crónica de bienes esenciales, la decisión de terminar con las importaciones libres de aranceles y sin límites de cantidades solo provocará más miseria general.
La posible eliminación de estas importaciones es vista por analistas como una estrategia del régimen castrista para mantener su monopolio sobre la distribución de bienes. Esto eliminaría la competencia del mercado negro y del sector privado que ha surgido en medio de la crisis. El control del hambre hace a los cubanos dependientes de un régimen que utiliza esta medida para el control popular.
Otra medida reciente del gobierno comunista fue el cobro en dólares de las importaciones que realizan las Mipymes y trabajadores por cuenta propia. Anteriormente, estos impuestos se pagaban en pesos cubanos a la tasa de cambio oficial de uno por 120 pesos cubanos (CUP). Sin embargo, al exigir el pago en dólares y sin acceso al mercado cambiario de Cadeca, las Mipymes deberán acceder al dólar en el mercado informal, encareciendo el impuesto aduanal.
Adicionalmente, Marrero Cruz ordenó el tope de precio para la venta de seis productos básicos que importa el sector privado, entre ellos el pollo, el aceite, las salchichas y la leche en polvo. Estas medidas restringen la participación del sector privado en las ventas minoristas, que en los últimos tres años ha crecido exponencialmente, pasando del 4% al 44%.
La decisión de poner fin a las importaciones gratuitas y la imposición de nuevos topes de precios buscan fortalecer el control del régimen sobre la economía. Sin embargo, estas medidas incrementarán las dificultades para la población cubana, que ya enfrenta una situación crítica.
El fin de las importaciones gratuitas también representa un golpe para muchos cubanos que dependen de familiares en el extranjero para recibir productos esenciales. Con la eliminación de esta facilidad, el acceso a alimentos, medicinas y productos de aseo se volverá aún más complicado.