Una clara evidencia de la crisis alimentaria y de la inflación que vive Cuba es que los alimentos cuestan un 75% más que hace un año, así lo ha referido el economista cubano Pedro Monreal a partir del análisis de datos publicados por la Oficina de Estadísticas e Información (Onei).
A través de su cuenta de Twitter el reconocido especialista en estos temas dijo que “La aceleración de la inflación de los alimentos en marzo de 2023 es preocupante. El aumento interanual de 75% duplicó la variación interanual de marzo de 2022. Inevitablemente, provoca empobrecimiento masivo en Cuba y la política económica actual es inefectiva”.
Asimismo, en su certero análisis hace referencia a que “en Cuba no existe ‘espiral salarios-inflación'”, esto debido a que los precios aumentan con mayor rapidez que el salario que ganan los antillanos, del cual su última modificación tuvo lugar con la reforma de enero 2021, en similar fecha que comenzó a aplicarse el “ordenamiento monetario”.
La aceleración de la inflación de los alimentos en marzo de 2023 es preocupante. El aumento interanual de 75% duplicó la variación interanual de marzo de 2022. Inevitablemente provoca empobrecimiento masivo en Cuba y la política económica actual es inefectiva pic.twitter.com/IsP9isz3gp
— Pedro Monreal (@pmmonreal) April 26, 2023
Meditando sobre una posible solución a este fenómeno, uno que los cubanos sienten a diario en sus mesas y bolsillos, el economista propone “que contener inflación requiere aumentar oferta, pero eso toma tiempo y no acaba de ocurrir ¿Sería el aumento de salarios una alternativa anti-pobreza?”, y lo llama una “provocación”.
¿Por qué ocurre la inflación?
La inflación específicamente por déficit de oferta o la inflación de oferta, se define como el alza de precios que se produce cuando hay disminución en la producción de bienes y servicios en una economía.
Una de sus características es que controlarla mediante políticas monetarias tradicionales, como ajustes en las tasas de interés es imposible. Si embargo, una solución viable es la oferta de bienes y servicios, mejorar la eficiencia en la producción y distribución de los mismos, reducir las barreras comerciales, entre otras medidas que evidentemente Cuba no puede o quiere aplicar.
El resultado es una crisis alimentaria y económica que crece por día originada “de una crisis estructural y multidimensional que requiere de profundos cambios tanto en el sistema económico como en el institucional”, de acuerdo al economista Mauricio de Miranda.