El Departamento de Seguridad Nacional (DHS) de Estados Unidos anunció la emisión de 64.716 visas adicionales de trabajo bajo la categoría H-2B para el año fiscal 2025. Estas visas, destinadas a labores no agrícolas, complementan las 66.000 aprobadas previamente por el Congreso y buscan satisfacer la creciente demanda de trabajadores temporales en sectores donde los estadounidenses no aceptan empleo.
El secretario del DHS, Alejandro Mayorkas, explicó que estas visas tienen como objetivo cubrir las necesidades de las empresas, mantener precios accesibles y proteger las condiciones laborales. Sin embargo, Cuba no figura entre los países elegibles, excluyendo a los cubanos de esta oportunidad laboral.
De las nuevas visas, 20.000 estarán destinadas a ciudadanos de Guatemala, El Salvador, Honduras y Haití, entre otros países. Esta decisión responde a los desafíos socioeconómicos que enfrentan estas naciones y busca ofrecer alternativas legales a la migración irregular.
Las restantes 44.716 visas serán para trabajadores que hayan recibido una H-2B en los últimos tres años, garantizando la continuidad laboral en sectores como hostelería, turismo, paisajismo y procesamiento de mariscos. Estas visas se distribuirán entre las dos mitades del año fiscal, con especial atención a la alta demanda de verano.
Según las regulaciones del Departamento de Trabajo de los Estados Unidos (DOL), los empleadores deben pagar a los trabajadores H-2B el salario predominante o el salario mínimo, el que sea mayor. El salario predominante se calcula en función del promedio local en una ocupación específica, evitando que el programa reduzca los ingresos de los trabajadores estadounidenses.
Además, los empleadores deben demostrar que buscaron primero mano de obra local y garantizar condiciones laborales que cumplan con estándares legales para prevenir la explotación.
A pesar de la creciente migración cubana, el programa H-2B no incluye a Cuba como país beneficiario. Esto limita las opciones legales de los cubanos para acceder a empleos temporales en Estados Unidos, destacando las barreras específicas que enfrentan dentro de las políticas migratorias actuales.
El futuro del programa H-2B podría verse afectado si Donald Trump retoma la presidencia en enero de 2025. Durante su mandato, suspendió temporalmente la emisión de estas visas en 2020, argumentando la necesidad de proteger el empleo estadounidense durante la pandemia.
Si Trump adopta una postura restrictiva nuevamente, las visas adicionales podrían eliminarse, especialmente en un contexto de recesión económica. Sin embargo, los empresarios podrían presionar para mantener el acceso a trabajadores extranjeros en sectores con alta demanda de mano de obra difícil de suplir localmente.
La exclusión de Cuba subraya la falta de opciones legales para los cubanos que buscan mejorar sus condiciones de vida. Mientras países vecinos acceden a estos beneficios, los trabajadores cubanos quedan al margen, lo que podría incrementar la migración irregular y la explotación laboral.
El programa H-2B sigue siendo una herramienta clave para la economía estadounidense, pero también refleja las prioridades de la política migratoria y sus implicaciones en países como Cuba.