El precio del dólar estadounidense en el mercado informal de Cuba cayó por debajo de los 300 pesos cubanos (CUP) en los últimos días, provocando incertidumbre y desesperación entre los vendedores. La inesperada caída, atribuida al reciente anuncio del primer ministro Manuel Marrero Cruz sobre un nuevo régimen cambiario, sorprendió al sector, que preveía un aumento hasta los 325 CUP a finales de diciembre.
El desplome fue confirmado por vendedores como uno de la ciudad de Matanzas, quien prefirió mantenerse en el anonimato. En declaraciones a Periódico Cubano, reveló haber vendido más de 500 dólares por menos de 300 CUP cada uno. “El precio ha caído rápido en los últimos días. Hay mucha gente vendiendo y pocos comprando”, explicó. La sobreoferta ha sido identificada como el principal factor detrás de esta baja repentina.
El gobierno cubano anunció que implementará un nuevo régimen cambiario con tasas más flexibles, ajustadas a la oferta y demanda diaria. Marrero Cruz explicó que la tasa flotante será revisada diariamente, lo que según economistas, busca competir directamente con el mercado informal.
Sin embargo, Pavel Vidal, economista y exanalista del Banco Central de Cuba, advirtió que este mecanismo podría generar inflación si no se regula adecuadamente. Vidal señaló que el Estado debe garantizar la venta de dólares para estabilizar el mercado. “Los incentivos políticos para intervenir son altos, y eso podría detener cualquier avance real en la liberalización del mercado cambiario”, comentó.
A pesar del optimismo inicial, la caída del dólar ha sido interpretada como temporal por analistas. Las condiciones macroeconómicas de Cuba no presentan signos de mejora. La deuda externa impagable, el desplome de la producción y la falta de confianza en las instituciones sugieren que el peso cubano continuará devaluándose.
El aumento de la oferta de divisas, impulsado por la llegada de cubanos residentes en el extranjero durante las fiestas de fin de año, ha sido identificado como un factor estacional que explica el descenso del precio del dólar. “Esto es temporal. En enero, cuando pase el flujo de remesas y turismo, el dólar volverá a subir”, afirmó el vendedor matancero.
El comportamiento histórico del mercado cambiario cubano respalda esta teoría. Tras caídas temporales, el dólar suele recuperar su valor, con incrementos más drásticos que en ciclos anteriores. Esta tendencia genera incertidumbre entre los ciudadanos, quienes ven en la compra de dólares una protección frente a la devaluación del peso.
Algunos comerciantes y emprendedores han pausado la compra de dólares a la espera de una nueva alza en su cotización. Sin embargo, otros continúan adquiriendo divisas como medida de prevención ante futuras crisis económicas.
El gobierno, por su parte, intenta proyectar confianza en el nuevo régimen cambiario. “Se necesita estabilidad y competencia”, declaró Marrero Cruz. No obstante, el control estatal sobre el mercado genera desconfianza entre los economistas, quienes dudan que el Estado pueda sostener una oferta constante de dólares.
Mientras tanto, la población cubana observa con incertidumbre y frustración el comportamiento del mercado. La caída del dólar, lejos de ser una señal de recuperación económica, refleja los desequilibrios de una economía en crisis estructural.
El 2024 podría traer nuevos ajustes económicos en la isla, mientras los cubanos continúan lidiando con la inflación y la falta de garantías en el mercado de divisas. El destino del peso cubano sigue atado a políticas de corto plazo que, hasta ahora, no han ofrecido soluciones duraderas.