El presidente de España, Pedro Sánchez, y el rey Felipe VI fueron recibidos con abucheos, insultos y lanzamientos de barro este domingo en Valencia, donde visitaron las áreas devastadas por una catastrófica inundación causada por una Depresión Aislada en Niveles Altos (DANA), comúnmente conocida como “gota fría”. La tragedia, que ocurrió hace seis días, ha dejado un saldo de más de 200 personas fallecidas y decenas de desaparecidos, mientras miles de familias luchan por superar el desastre.
La comitiva, que también incluyó a la reina Letizia y al presidente regional Carlos Mazón, recorrió las zonas afectadas por las intensas lluvias y la acumulación de barro. Sin embargo, la visita generó un fuerte rechazo entre los residentes, quienes, en un estado de desesperación y enojo, lanzaron barro a los mandatarios y gritaron “¡asesinos!” y “¡dimisión!”, reflejando su frustración ante lo que perciben como una respuesta inadecuada por parte de las autoridades.
La llegada de los líderes, luego de casi una semana de la catástrofe, despertó aún más resentimiento. Los habitantes expresaron su descontento por la lenta reacción de los servicios de emergencia y la tardanza en desplegar fuerzas del ejército y la policía en las zonas más afectadas. La falta de una alerta temprana, a pesar de que la Agencia Estatal de Meteorología activó el nivel máximo de alerta el martes en la mañana, es uno de los principales reclamos.
Durante la visita, un joven enfrentó al rey Felipe VI, acusando a las autoridades de negligencia: “Se sabía y nadie hizo nada por evitarlo”. En respuesta, el monarca intentó dialogar y en un momento se le vio consolando a un hombre que lloraba por la devastación y la aparente falta de apoyo.
La tensión escaló cuando Sánchez tuvo que ser evacuado por su equipo de seguridad debido a la aglomeración de personas que comenzaron a golpear su vehículo, exigiendo una respuesta más efectiva y seria. Las imágenes del momento se viralizaron rápidamente en redes sociales, reflejando la profunda desilusión de la población afectada.
Desde Madrid, las críticas también alcanzaron al gobierno central, acusado de no haber respondido con suficiente rapidez y de rechazar una oferta de Francia que incluía 200 bomberos especializados en rescate. Esta decisión aumentó la indignación, mientras los habitantes de Valencia sienten que las autoridades no han priorizado la emergencia.
El martes por la noche, alrededor de las 8:00 p.m., la protección civil emitió una alerta en los teléfonos móviles de los residentes en Valencia y sus alrededores, cuando muchas áreas ya estaban inundadas. Esto intensificó aún más la frustración de los ciudadanos, que consideran que la alerta llegó demasiado tarde para evitar daños mayores.
Carlos Mazón, del Partido Popular y presidente regional, admitió la gravedad de la situación y el descontento social. En su cuenta en la red social X, Mazón expresó: “Entiendo la indignación social y, por supuesto, me quedo a recibirla. Es mi obligación política y moral. La actitud del Rey esta mañana ha sido ejemplar”.
La magnitud de la catástrofe sigue aumentando, con más de 3,000 hogares sin electricidad y una infraestructura gravemente afectada. Esta tragedia se ha convertido en la peor en Europa por inundaciones en un solo país desde 1967, cuando unas 500 personas murieron en Portugal.
Los habitantes de Valencia aún esperan respuestas claras y acciones efectivas de las autoridades, mientras continúan las labores de rescate y recuperación en medio del dolor y la indignación generalizada.