El Servicio Nacional de Migración de Panamá ha reportado una reducción considerable en el flujo migratorio a través de la selva del Darién, una peligrosa ruta que conecta Colombia y Panamá, utilizada por miles de migrantes, entre ellos cubanos, en su trayecto hacia Estados Unidos. Durante este año, aproximadamente 244.243 migrantes han cruzado la selva, lo que representa una disminución de 110.056 personas en comparación con el mismo período en 2023.
Entre los principales grupos que siguen cruzando esta ruta se encuentran ciudadanos de Venezuela, Ecuador, Colombia y China. Sin embargo, la cantidad de cubanos ha disminuido significativamente, lo que ha llamado la atención de las autoridades migratorias panameñas.
La reducción en el número de cubanos que arriesgan sus vidas en el Darién coincide con la decisión de Nicaragua de ofrecer libre visado a los ciudadanos de la Isla. Esto ha permitido que miles de cubanos tomen la nación centroamericana como punto de partida para solicitar asilo en Estados Unidos, evitando así la peligrosa travesía por la selva.
La disminución en el cruce de migrantes también ha sido atribuida a la Operación Flujo Controlado de Migrantes irregulares, una iniciativa implementada por Panamá para gestionar de manera más eficiente el tránsito migratorio. Esta operación ha logrado reducir el flujo descontrolado de personas que anteriormente atravesaban la selva sin supervisión.
A pesar de la disminución, el cruce por el Darién continúa, aunque con cifras más manejables. En los primeros nueve días de septiembre, unas 6.058 personas, desesperadas por llegar a Estados Unidos, decidieron arriesgarse por esta peligrosa ruta. Las autoridades prevén que esta tendencia de reducción podría continuar durante los próximos meses.
Parte de este control migratorio se debe a las nuevas políticas del gobierno panameño, encabezado por el presidente José Raúl Mulino. Entre las medidas más significativas está la deportación aérea, apoyada por Estados Unidos, para los migrantes que ingresen a Panamá a través del Darién de manera ilegal. Este esfuerzo busca frenar el flujo migratorio y evitar que Panamá se convierta en un corredor descontrolado.
En agosto, se realizó la primera deportación aérea exclusivamente para migrantes colombianos. La mayoría de los deportados eran jóvenes con antecedentes penales, incluidos miembros de organizaciones criminales como el Clan del Golfo. Un presunto sicario de este grupo fue identificado gracias a un estudio biométrico antes de ser deportado.
Los deportados fueron trasladados al Aeropuerto Marcos A. Gelabert, donde las autoridades panameñas realizaron un registro documental antes de enviarlos de vuelta a Medellín. Según Roger Mojica, jefe del Servicio Nacional de Migración de Panamá, todos los deportados habían cruzado previamente la selva del Darién.
El gobierno de Panamá está llevando a cabo gestiones diplomáticas con Ecuador e India para facilitar el retorno de sus ciudadanos que ingresen al país de manera ilegal a través del Darién. Este proceso incluirá tanto a aquellos con antecedentes penales como a quienes no los tengan, buscando así una solución a largo plazo para el flujo migratorio irregular.