¿Qué hacer si eres cubano y te aprueban el parole humanitario pero ya es residente en otro país?
En un reciente diálogo con el abogado especializado en inmigración Wilfredo Allen, el periodista Daniel Benítez ha arrojado luz sobre las complejidades y dilaciones que enfrentan los cubanos al solicitar el programa de parole humanitario en Estados Unidos, un tema de creciente preocupación para la comunidad cubana en el extranjero, especialmente aquellos en Chile y otros países latinoamericanos.
Un caso destacado es el de un ciudadano cubano en Chile, cuyo patrocinador en Estados Unidos recibió la aprobación del formulario I-134A tras meses de espera. Sin embargo, este logro se ve empañado por un nuevo desafío: la reciente regularización migratoria del beneficiario en Chile, lo cual, paradójicamente, podría obstaculizar su acceso al permiso de vuelo necesario para completar su traslado a Estados Unidos bajo el mencionado programa.
La paradoja radica en que el parole humanitario, diseñado para brindar alivio a ciudadanos de Cuba, Nicaragua, Haití y Venezuela, establece como requisito que los solicitantes no posean residencia o ciudadanía en una tercera nación. Este criterio ha llevado a situaciones adversas, como la vivida por una cubana residente en Perú, quien, a pesar de tener su visa humanitaria aprobada, fue rechazada al intentar abordar su vuelo.
Esta rigurosa normativa genera una angustiante incertidumbre entre los cubanos que, buscando mejorar su situación migratoria mientras aguardan por el parole, optan por regularizar su estatus en los países de acogida. Tal es el temor de que el programa finalice sin ser seleccionados, que muchos continúan con sus procesos de regularización, pese a los riesgos que esto implica para su elegibilidad en el programa de parole.
Contrariamente, ha trascendido que numerosos cubanos con residencia en México han logrado obtener su permiso de vuelo a través de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) de Estados Unidos, tras ser beneficiados con el parole por parte del Servicio de Ciudadanía e Inmigración (USCIS). Este hecho subraya la discrecionalidad en la aplicación de las leyes migratorias estadounidenses, donde la decisión última recae en el funcionario que atiende al solicitante a su llegada al país.
Desde el lanzamiento del programa en enero de 2023 y hasta el 31 de enero del año siguiente, más de 75.000 cubanos han sido favorecidos con visas humanitarias, representando el 20% del total de más de 375.000 paroles concedidos a ciudadanos de las cuatro nacionalidades elegibles. Este significativo número refleja no solo la magnitud de la iniciativa, sino también su impacto en la vida de miles de cubanos.
La aprobación de las solicitudes de parole no solo depende de cumplir con los requisitos migratorios, sino también de la capacidad económica del patrocinador en Estados Unidos. Este factor, que evidencia la importancia de la solvencia económica del patrocinador, añade otra capa de complejidad al ya intrincado proceso de solicitud de parole humanitario.