El abogado José Guerrero expresa optimismo sobre la resolución del limbo migratorio de los cubanos con formulario I-220A
El abogado de inmigración José Guerrero mostró su optimismo respecto a la posible resolución de la difícil situación que enfrentan miles de cubanos en los Estados Unidos con el formulario I-220A. Estos inmigrantes se encuentran en un limbo migratorio, sin una resolución clara sobre su estatus legal, pero Guerrero considera que bajo la administración del presidente electo Donald Trump, el panorama podría cambiar favorablemente.
En una entrevista reciente con el periodista Daniel Benítez, Guerrero explicó que el error procesal que afectó a muchos cubanos podría ser corregido. Este error, según el jurista, consiste en la negativa de otorgarles un parole a quienes ingresaron sin este documento, impidiendo su acceso a la Ley de Ajuste Cubano. A pesar de que muchos de estos casos fueron mal gestionados, Guerrero afirmó que se abren posibilidades para una solución, respaldada tanto por el contexto político como por los precedentes legales que favorecen a los inmigrantes cubanos.
La presión política, destacó Guerrero, juega un papel crucial en la posibilidad de una solución favorable. Políticos influyentes como la congresista cubanoamericana María Elvira Salazar y el congresista Mario Díaz-Balart han abogado por la resolución de este problema. Además, la futura administración de Trump parece ser receptiva a esta cuestión, con el apoyo de figuras clave como el senador Marco Rubio, quien será el secretario de Estado. Guerrero ve en este respaldo político una oportunidad para que la situación de los cubanos con I-220A se resuelva pronto.
A pesar de los cambios en la política migratoria en los últimos años, la Ley de Ajuste Cubano sigue siendo un recurso importante para los cubanos que buscan regularizar su estatus. Esta ley ha permitido a muchos inmigrantes cubanos que llegaron a EE. UU. sin un parole, pero de forma ilegal, acceder a la residencia permanente. Guerrero recalcó que esta ley sigue siendo una herramienta fundamental, especialmente en un contexto en el que la crisis económica y política en Cuba continúa empujando a muchos a huir del país.
El abogado también hizo referencia a la situación de los cubanos con orden de deportación. A pesar de las dificultades, Guerrero subrayó que muchos de estos inmigrantes todavía tienen el derecho de apelar sus casos, lo que les otorga una protección temporal. Si los cubanos apelan dentro de los 30 días después de recibir una orden de deportación, su situación no se considera final hasta que se resuelva la apelación, lo que les da tiempo adicional para gestionar su caso.
El contexto de la crisis humanitaria en Cuba también podría influir en las decisiones de las autoridades estadounidenses. Guerrero mencionó que la difícil situación económica en la Isla, sumada a los apagones y otros problemas que afectan a la población, podría jugar un papel importante en la solución de este problema migratorio. La presión de la comunidad cubana, tanto en EE. UU. como en Cuba, podría influir en los políticos para que actúen rápidamente.
Además, Guerrero destacó el precedente legal en algunos casos, como el de Cabrera Fernández, que podría ser clave para que los cubanos con I-220A puedan regularizar su situación migratoria. Este precedente establece distinciones claras sobre qué tipo de parole es aplicable para obtener la residencia.
Sin embargo, la situación de los cubanos con formulario I-220B, aquellos que ya tienen una orden final de deportación, es más compleja. Guerrero recomendó que estas personas consulten con un abogado para explorar las opciones disponibles, como el parole humanitario. A pesar de los riesgos, Guerrero aseguró que las posibilidades de encontrar una solución favorable siguen presentes, especialmente en un momento en que los vuelos de deportación están limitados.