
El senador republicano por Florida, Rick Scott, reiteró su intención de endurecer las restricciones a los viajes entre Estados Unidos y Cuba, proponiendo la eliminación total de los vuelos comerciales y chárter hacia la isla. En una entrevista con CBS News Miami, el legislador argumentó que cada dólar gastado en Cuba refuerza la estructura represiva del gobierno.
Scott sostiene que el sector turístico cubano está controlado en gran medida por las Fuerzas Armadas, lo que convierte a los viajeros en contribuyentes indirectos al financiamiento de la élite gobernante. “Cuando alguien viaja a Cuba, está contribuyendo a financiar la maquinaria represiva del régimen”, declaró.
La propuesta ha generado debate entre los cubanos en el exilio. Muchos dependen de los vuelos para mantener contacto con sus familiares en la isla, lo que convierte la medida en un punto de fricción dentro de la comunidad. Sin embargo, sectores más radicales del exilio respaldan la iniciativa. Orlando Gutiérrez, de la Asamblea de la Resistencia Cubana, afirmó que estas sanciones afectan directamente a la cúpula del régimen y no al pueblo cubano.
El senador impulsa su iniciativa como parte de un paquete de medidas más amplio denominado Ley de Democracia, que busca congelar activos y restringir visas a funcionarios clave del gobierno cubano. Según Scott, este esfuerzo forma parte de una estrategia mayor para debilitar regímenes autoritarios en América Latina, en especial los que mantienen vínculos con Venezuela.
Las restricciones a los vuelos no son nuevas. Durante la administración de Donald Trump, en enero de 2020, el gobierno prohibió los vuelos comerciales y chárter a todos los aeropuertos de la isla, salvo el Aeropuerto Internacional José Martí en La Habana. Esta medida se tomó en respuesta al apoyo del régimen cubano a Nicolás Maduro.
La nueva propuesta de Scott cuenta con apoyo en sectores republicanos, pero su aprobación es incierta. La administración estadounidense enfrenta desafíos globales, como la guerra en Ucrania y la crisis migratoria, lo que podría relegar el tema Cuba a un segundo plano.
En paralelo, con la llegada de Trump al poder, su secretario de Estado, Marco Rubio, anunció la reedición de la Lista Restringida de Cuba, una medida que prohíbe transacciones con empresas vinculadas a los servicios militares, de inteligencia y seguridad del régimen. Esta lista incluye ahora a Orbit S.A., una empresa que gestiona remesas y opera bajo control militar.
Los vuelos comerciales y chárter han sido una fuente de ingresos clave para el gobierno cubano, en especial ante la crisis económica que enfrenta el país. El turismo, tanto de estadounidenses como de cubanoamericanos, ha representado un salvavidas financiero para el Estado, que busca captar divisas a toda costa.
Los defensores de la medida insisten en que las sanciones buscan asfixiar económicamente al régimen sin afectar a la población. Sin embargo, opositores argumentan que el aislamiento solo agravará la situación de los cubanos y aumentará la dependencia de la isla de aliados como Rusia e Irán.
El futuro de la iniciativa dependerá del respaldo que reciba en el Congreso y de la postura que adopte la Casa Blanca. Con la política exterior estadounidense centrada en otras crisis globales, la posibilidad de que el endurecimiento de sanciones se materialice en el corto plazo sigue siendo incierta.