Desde la asunción de Joe Biden a la presidencia de Estados Unidos en enero de 2021, más de un millón de migrantes han sido acogidos bajo políticas de asilo y parole humanitario. Este flujo migratorio ha beneficiado principalmente a comunidades de Ucrania, Afganistán, Cuba, Haití, Venezuela y Nicaragua, según un reportaje de la cadena CBS.
El programa de parole humanitario, implementado en enero de 2023 para ciudadanos de las cuatro naciones latinas mencionadas, ha favorecido a 422.000 personas. Asimismo, 340.000 ucranianos han logrado entrar a Estados Unidos a través de un programa de unión familiar en respuesta a la invasión rusa. Los afganos, tras la retirada estadounidense de su conflicto armado, han visto refugiados a 77.000 de sus ciudadanos.
El sistema CBP One se ha establecido como un mecanismo crucial, facilitando la entrada legal de 400.000 individuos a través de 1.450 citas diarias en los ocho puntos distribuidos a lo largo de los más de 3.000 kilómetros de la frontera con México. Sin embargo, el éxito de estas políticas ha generado preocupaciones sobre la seguridad y la percepción de una frontera abierta, especialmente por las dificultades para verificar la identidad de los solicitantes de asilo.
A pesar de estos retos, la administración demócrata sostiene que la mayoría de los migrantes se han integrado exitosamente en la sociedad estadounidense, con los cubanos destacando por su número sin precedentes de entradas legales y su preferencia por asentarse en Florida, especialmente en el condado de Miami-Dade.
El total de un millón de migrantes legales contrasta con la mayor cantidad de inmigrantes que cruzan ilegalmente la frontera, una situación que ha llevado a los oficiales de la CBP a verse superados en ciertos puntos en tasas de 200 a uno.
Los cambios propuestos para el parole humanitario y el sistema CBP One están actualmente en pausa debido a un desacuerdo en el Congreso estadounidense, con negociaciones iniciales que incluían 50.000 nuevas residencias permanentes y permisos de trabajo acelerados, pero limitadas por un techo de 5.000 inmigrantes cruzando la frontera diariamente.